miércoles, 9 de febrero de 2011

La discusión moderna sobre el método



"Por método entiendo (una serie) de reglas ciertas y fáciles, tales que todo aquel que las observe exactamente no tome nunca algo falso por verdadero, y, sin gasto alguno de esfuerzo mental, sino por incrementar su conocimiento paso a paso, llegue a una verdadera comprensión de todas aquellas cosas que no sobrepasen su capacidad". En este texto se nos dice que el método consiste en una serie de reglas. Pero Descartes no pretende dar a entender que haya una técnica que pueda ser aplicada de tal manera que llegue a carecer de importancia la capacidad natural de la mente humana. Al contrario, las reglas se destinan a que se empleen rectamente las capacidades naturales y las operaciones de la mente. La mente, dejada a sí misma, es infalible; es decir, si utiliza su luz y sus capacidades naturales sin la influencia perturbadora de otros factores, y respecto de aquellas materias que no sobrepasan su capacidad de comprensión, no puede errar. De no ser así, ninguna técnica podría suplir la deficiencia radical de la mente. Pero podemos dejarnos desviar del verdadero camino de la reflexión racional por factores como los prejuicios, las pasiones, la influencia de la educación, la impaciencia y el deseo excesivamente urgente de obtener resultados; entonces la mente se ciega y no emplea correctamente sus operaciones naturales. Por ello el método consiste en un presupuesto, las capacidades y operaciones naturales de la mente, y una serie de reglas.

a) Operaciones fundamentales de la mente. "Dos operaciones mentales por las cuales somos capaces, enteramente, sin miedo de ilusión alguna, de llegar al conocimiento de las cosas". Las operaciones fundamentales de la mente son dos: intuición y deducción. La intuición se describe como "no la seguridad fluctuante de los sentidos, ni el juicio falaz que resulta de la composición arbitraria de la imaginación, sino la concepción que aparece tan sin esfuerzo y tan distintamente en una mente atenta y no nublada, que quedamos completamente libres de duda en cuanto al objeto de nuestra comprensión". O lo que es lo mismo "la intuición es la concepción libre de dudas, de una mente atenta y no nublada, que brota de la luz de la sola razón". Insistiendo, Descartes entiende por intuición una actividad intelectual, un ver intelectual que es tan claro y distinto que no deja lugar a ninguna duda.

La deducción se describe como "toda inferencia necesaria a partir de otros hechos que son conocidos con certeza". Es verdad que la intuición es necesaria incluso en el razonamiento deductivo, puesto que hemos de ver clara y distintamente la verdad de cada proposición antes de proceder al paso siguiente. La deducción se distingue de la intuición por el hecho de que la primera lleva consigo "un cierto movimiento o sucesión" y la segunda no. Descartes hace lo que puede para reducir la deducción a la intuición para evitar en esa sucesión los efectos perturbadores de factores como la memoria.

b) Las reglas. Descartes dice que intuición y deducción son "dos métodos que son los caminos más seguro hacia el conocimiento". Pero aunque sean los caminos para alcanzar el conocimiento, no son "el método". El método consiste en reglas para emplear correctamente esas dos operaciones mentales. Y se nos dice que consiste, sobre todo, en orden. Es decir, tenemos que observar las reglas del pensar ordenado. Esas reglas se nos ofrecen en las Reglas para la dirección del espíritu y en el Discurso del método. En esta última obra, el primero de los cuatro preceptos es "no aceptar nunca como verdadera ninguna cosa que no conociese con evidencia que lo era; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención en los juicios, y no comprender en éstos nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviese ocasión alguna de ponerlo en duda". La observancia de ese precepto supone el uso de la duda metódica. Es decir, tenemos que someter sistemáticamente a duda todas las opiniones que ya poseemos, para poder descubrir aquello que es indudable, y que, en consecuencia, puede servir de cimientos al edificio de la ciencia.
En la quinta de las Reglas para la dirección del espíritu, Descartes presenta un resumen de su método: "el método consiste totalmente en la ordenación y disposición de aquellos objetos a los que ha de dirigirse la atención de la mente para descubrir cualquier verdad.

Observaremos exactamente ese método si reducimos, paso a paso, las proposiciones implicadas u oscuras a aquellas que son más simples, y si comenzamos entonces por la
aprehensión intuitiva de las más simples de las proposiciones y tratamos, volviendo a seguir nuestra senda a través de las mismas etapas, de remontarnos de nuevo al conocimiento de todas las demás".

El orden descrito en el texto tiene dos aspectos que deben ser explicados. La primera parte del método es el análisis. La primera parte del método consiste en que debemos reducir paso a paso proposiciones implicadas y oscuras en aquellas que son más simples, es decir, descomponer los múltiples datos del conocimiento en sus elementos más simples. La segunda parte del método es la síntesis. Se encuentra resumido en la quinta regla que dice debemos "comenzar por aprehender intuitivamente las más simples de las proposiciones y tratar, volviendo a seguir nuestra senda a través de las mismas etapas, de remontarnos de nuevo al conocimiento de todas las demás". En la síntesis se comienza por los principios o proposiciones más simples percibidas intuitivamente (a las que se llega mediante el análisis) y se procede a deducir de una manera ordenada, asegurándonos de no omitir ningún paso y de que cada nueva proposición se siga realmente de la precedente. Según Descartes, mientras que el análisis es el método del descubrimiento, la síntesis es el método más apropiado para demostrar lo ya conocido; y ése es el método empleado en sus Principios de Filosofía.

c) La duda metódica. Descartes pensó que, como preliminar a la búsqueda de la cereza absoluta, era necesario dudar de todo aquello de lo que se pudiera dudar y tratar provisionalmente como falso todo aquello de lo que se dudara, "Dado que entonces deseaba ocuparme solamente en la investigación de la verdad, pensé que en eso había de hacer todo lo contrario y rechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudiese imaginar la menor duda, a fin de ver si después de eso no quedaría algo en mi creencia que fuese indudable". La duda cartesiana tiene cuatro características:

1ª) Es universal, en el sentido de que se aplica universalmente a todo aquello que puede ser dudado, es decir, a toda proposición acerca de cuya verdad sea posible la duda.

2ª) Es metódica, en el sentido que es practicada no por amor a la duda misma, sino como una etapa preliminar para la búsqueda de la certeza.

3ª) Es provisional, no solo en el sentido de que constituye una etapa preliminar en la búsqueda de la certeza, sino también en el sentido de que Descartes no se propone necesariamente sustituir las proposiciones en las que anteriormente creía por otras proposiciones nuevas en el sentido de que no debe extenderse a la conducta. En la vida ordinaria estamos obligados con frecuencia a seguir opiniones solamente probables.

 
Copyright © 2009 todolorealesracional All rights reserved. Powered by Blogger
Blogger Template by Anshul